Hola, amig@ 😊
La semana pasada llegamos al final de la tercera parte del libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas: “Logre que los demás piensen como usted”.
Y como me pillas de viaje y sin mucho tiempo (esto parece que lo escribió Carnegie en un tren, así que estamos en sintonía), hoy vamos a hacer una cosa que considero útil: un resumen con las 12 reglas esenciales para lograr que tus ideas prosperen. O al menos para que lo intentes.
¿Te van a encantar todas? Probablemente no. ¿Te servirán? Más de lo que crees. Y en cualquier caso, seguro que no restan. Así que aquí van:
Regla 1: La única forma de salir ganando una discusión es evitándola
Te hago spoiler: no hay win-win posible, no se puede ganar una discusión. Si pierdes, pierdes. Y si ganas, igual el otro te va a “odiar un poquito”.
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Regla 2: Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada
Pocas frases han provocado más guerras que un “te equivocas”. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Intenta un enfoque más elegante, del tipo no tienes ni idea pero te lo digo con es estilo 😜: “Eso que dices es interesante. ¿Te has planteado también...?”
Regla 3: Si usted está equivocado, admítalo rápida y rotundamente
Un error puede colocarte por encima del resto. Mira, cualquier mindundi puede inventarse excusas para defender un fallo. Pero admitirlo es más difícil y tiene beneficios a explotar. Y más si sabes hacerlo rápido, con clase y hasta con humor.
Regla 4: Empiece en forma amigable
Es un principio básico. Acción- Reacción. Si tu atacas, el otro se defiende. Así que empieza suave, hazlo de forma amigable. Es el único camino que lleva a un posible win-win.
Regla 5: Consiga que la otra persona diga “sí, sí” inmediatamente
Hay algo mágico en el “sí”. Predispone a la aceptación. Cuando quieras algo, es interesante hacer preguntas con respuestas positivas al principio. Aunque no tengan nada que ver con el objetivo final.
Regla 6: Permita que la otra persona hable más
Nadie está escuchando mientras está pensando en qué va a decir después. Así de fácil. Se que es jodido y tienes muchas cosas que contar (que no interesan a nadie 😝). Así que deja hablar. Sé paciente.
Regla 7: Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella
Si ya hemos hablado eso de que a todos nos gusta sentirnos importantes… ¿a quién no le encanta sentirse un genio? Incluso cuando esa gran idea era tuya. Lo importante al final es llegar al destino que tú has elegido, aunque el copiloto crea que fue su mapa el que te llevó allí.
Regla 8: Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona
Empatía. No es solo una palabra bonita para las entrevistas de trabajo. La comprensión es una habilidad que te ahorra dramas. Ponte siempre en sus zapatos y quizás entiendas lo que siente cuando no son de su talla.
Regla 9: Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona
Es una buena llave para consegir su simpatía. Hacer ver a la otra persona que entiendes como se siente, funciona. Pero hazlo con sinceridad, o parecerás un mal actor de teatro y como tal serás tratado 🍅🍅🍅.
Regla 10: Apele a los motivos más nobles
Todo el mundo cree tener una causa noble detrás de lo que hace (aunque sea una excusa muy rebuscada). Descúbrela y tendrás a esa persona de tu lado antes de que se dé cuenta.
Regla 11: Dramatice sus ideas
A veces, lo que dices no es tan importante como cómo lo dices. Dale importancia a cómo lo transmites, por un poco de chispa a tus propuestas.
Regla 12: Lance un reto
A la gente le encanta superar desafíos, sobre todo si creen que lo han elegido ellos. Pequeño truco para empujar a los demás a darlo todo.
Estas 12 reglas no son solo un recetario para "arrimar el ascua a tu sardina". Son herramientas prácticas para la vida diaria. Tanto en tu trabajo como en la batalla diaria por conseguir que tus hijos sigan tus pautas.
Pruébalas, experimenta y, si algo no te convence, admítelo rápido y rotundamente (Regla 3, ¿te suena?).
Por cierto, ¿cuál de estas reglas crees que más usas sin darte cuenta? Déjame un comentario, que quiero ver si Carnegie ya sabía más de ti que tú mismo. 😉
Nos vemos…