🌟 ¡Feliz 2025, lector espabilado! 🌟
Seguro que dispuesto a destrozar metas este 2025. Pero con calma, no hace falta que te pongas 45 objetivos para terminar el año (o el primer mes ya) frustrado. Con que elijas 2 o 3 importantes y los persigas sin descanso, ya estarás por delante del 90% de la gente.
Y así, a modo de sugerencia, hoy te traigo 3 propósitos para que los repitas hasta la extenuación, pase lo que pase. Porque avanzar no siempre es un camino recto. Hay caídas, curvas y obstáculos varios. Pero el secreto está en aprender de los golpes y no desviarse. La mentalidad es la parte más importante y la más difícil. Y entender esto es clave.
Arkad, el hombre más rico de Babilonia, alcanzó sus metas gracias a eso: mantenerse firme en sus convicciones. Pero no sin antes cometer errores. Y no errores pequeños. No.
Con sus primeros ahorros, confió en el consejo de un ladrillero para comprar joyas (sí, joyas, de un tipo que trabajaba la arcilla) y lo perdió todo. ¿Lo mejor? Podría haber abandonado ahí, como muchos hacen. Pero no lo hizo. Volvió a Algamish, y este le enseñó una de las lecciones más importantes: elige bien a quién escuchas.
Mira, no hay nada más personal que el cómo uno gestiona su dinero. Y no, no vale echarle la culpa al vecino del quinto que te contó que si invertías en no sé qué cripto ibas a forrarte. ¿Te suena? ¿Cuántas veces investigas durante días tu próximo móvil o ese hotel para el viaje perfecto? Haz lo mismo con tus inversiones. Tu dinero merece, como poco, la misma atención. Lee, piensa, invierte.
Cuando por fin invirtió correctamente, Arkad cometió otro error: gastarse los intereses en placeres varios. Vamos, lo que cualquiera haría después de su primer éxito: celebrar a lo grande, ¿no? Pero así, su capital crecía solo gracias a su sacrificio y esfuerzo personal. Y el esfuerzo sin recompensa suele tener un límite.
No fue hasta que Algamish le hizo entender el poder del interés compuesto –ese que Einstein llamó “la octava maravilla del mundo”– que su dinero empezó a trabajar por él. Aprendió que la clave no es gastarse los intereses, sino reinvertirlos y repetir el ciclo hasta que la bola de nieve sea imparable.
Por eso hoy te propongo estas 3 propósitos, porque son cruciales. Hablamos de ahorrar, aprender a invertir con cabeza, y dejar que el interés compuesto haga su magia. Es algo que puede ser la diferencia entre tener un futuro bajo tu propio árbol o en la sombra de otro (y quién sabe si papá Estado seguirá fuerte y sano para sostenerte cuando seas viejit@).
Mejor no depender de otros, ¿no?
Laura y Marta: un ejemplo práctico
Recuerda que en el post de la semana pasada te hablé de Laura y Marta, dos hermanas mellizas idénticas por fuera, pero con un matiz importante en sus vidas que lo cambió todo.
Marta ahorró, Marta invirtió con cabeza, Marta dejó trabajar al interés compuesto. Laura no hizo nada.
En 45 años, Marta ahorró €54.000. Laura, 0.
Ahorrando 100 € al mes, empezando desde 0 €, durante 45 años, Marta pudo haber conseguido:
Al 8% anualizado: €527,453.99
Al 6% anualizado: €275,599.26
Al 4% anualizado: €150,946.97
Como ves, invertir bien o invertir mal (el % anualizado) marca una gran diferencia. Pero esta es la parte difícil: trata de hacerlo bien, pero no dejes que te machaque. No acertarás siempre, no acertarás a la primera.
Arkad también falló y, al final, se pasó el juego. Por eso el consejo de Algamish, escuchar a la gente adecuada, es tan importante.
Además, Marta dejó trabajar el interés compuesto. Si miras su gráfica, verás cómo su efecto es imperceptible los primeros años, pero la pendiente crece con el tiempo. Ese es el efecto bola de nieve.
Si se hubiese gastado todo lo generado, en 45 años tendría esos mismos €54.000 que había ahorrado en base a su sacrificio. Y cuidado con el monstruo de la inflación, ese que se come los billetes que guardas bajo el colchón. Algún día hablaremos de él.
En cualquier caso, el resultado siempre es mejor que no hacer nada. Te habrás dado cuenta que para Laura no hace falta ningún cálculo. 😝
Los nuevos propósitos
Y estas son las 3 lecciones de este capítulo a modo de propósito para 2025:
Vive con menos de lo que ganas. Si gastas todo lo que entra, tu futuro será igual de vacío que tu cuenta.
Infórmate antes de invertir. No inviertas en "joyas" del fabricante de ladrillos. Pregunta a quienes saben.
Haz que tu dinero trabaje por ti. El interés compuesto es el empleado más eficiente que tendrás.
¿Qué sombra estás construyendo para tu futuro? Este 2025 es el momento perfecto para empezar. No importa si tienes 20, 30 o 50 años, si tienes ahorrados 0 o 100.000 €. Nunca es tarde para ahorrar, invertir con cabeza y dejar que el interés compuesto haga su magia.
Recuerda: “El mejor momento para empezar a invertir es hoy; el otro mejor momento fue ayer.” – Warren Buffett
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