Post de la serie dedicada a El hombre + rico de Babilonia de GS. Clason
¡Hola, querido espabilad@ 👋😊!
Hoy toca meternos en un tema que levanta más debates que si es mejor Cola-Cao o Nesquik, o si la tortilla debe llevar cebolla o no: ¿Es mejor comprar casa o vivir de alquiler?
Si le preguntas a los sabios de Babilonia, te dirán que tener tu propia casa es clave para la estabilidad financiera. Y de hecho, esta es la quinta gran lección de oro que Arkad, el hombre más rico de Babilonia, compartió con sus paisanos:
5️⃣ Haz que tu propiedad sea una inversión rentable
Y sí, suena bonito. Tener una casa que trabaje para ti. Que te genere rentabilidad, te dé tranquilidad o al menos te ahorre disgustos. Pero claro, los babilonios no tenían hipotecas a 30 años, ni impuestos sangrantes, ni burbujas, ni tipos de interés cambiantes como si estuviéramos en una tómbola de feria.
📌 Mi opinión personal: como no tengo ni idea absoluta de tu vida, te digo DEPENDE.
Sé que no ayuda mucho, pero es la única verdad. No hay una respuesta universal. Solo decisiones inteligentes adaptadas a tu realidad.
Así que en vez de darte lecciones, te traigo historias. Cinco historias, seis vidas, seis decisiones, seis resultados distintos. A ver si alguna te suena.
1️⃣ El que compró en el peor momento
Año 2010. Paco está convencido de que comprar es la mejor decisión de su vida. La vivienda sube sin parar y parece que nunca dejará de hacerlo. La tele, el banco, su cuñado... todos dicen lo mismo: “hay que meterse ya”.
Así que se hipoteca hasta las cejas para comprar cualquier cosa. Lo que podía permitirse… llevando todo al límite, con letras casi más grandes que su sueldo (y rezando porque no suban los tipos de interés) y sin margen de maniobra.
Un año después, el mercado se desploma. Su casa vale un 40% menos, pero la deuda sigue igual de gorda. Paco pasa de sentirse un inversor astuto a ser un esclavo del banco, viendo cómo cada euro que paga apenas araña intereses.
Si compras, que sea con cabeza, en el momento adecuado y con margen de seguridad.
2️⃣ El alquilado que nunca invirtió
Laura defendía el alquiler a muerte: “Es más flexible, no me ato a nada”. Y tenía razón… pero solo a medias. Pasaron los años y, mientras sus amigos que compraron pagaban hipotecas similares a un alquiler, ella iba saltando de piso en piso y gastando su sueldo sin preocuparse por el futuro.
Tenía dinero de sobra cada mes, pero nunca supo qué hacer con él. No invirtió, no compró activos, no montó nada. Bueno, saber sí sabía: irse de compras era su inversión estrella y solo vivió al día.
30 años después, sigue pagando alquiler. Y ahora que a sus cincuenta y tantos se plantea ya su jubilación, se pregunta si su futura pensión (si es que algo queda) le dará para seguir pagando un techo. Y con los precios como están… la cosa pinta fea.
Alquilar puede ser buena opción, pero solo si usas el dinero no invertido en la compra con inteligencia.
3️⃣ El que compró con cabeza y ganó
Antonio no tenía prisa. En 2010, todo el mundo parecía volverse loco por comprar, pero él no se lo podía permitir, y tampoco quería hipotecar su tranquilidad. Decidió vivir de alquiler, ahorrar y observar.
Pasaron los años. Estudió el mercado, las zonas, las condiciones. No quería un piso cualquiera, quería su refugio, su centro de operaciones. Y en 2017 encontró la oportunidad: un piso bien ubicado, con buena financiación y potencial de alquiler. Compró. Vivió en él unos años, luego lo alquiló, y empezó a generar ingresos pasivos.
Cuando los precios subieron, vendió con beneficio y reinvirtió. Hoy tiene un patrimonio, sí, pero también control sobre sus finanzas.
No es comprar por comprar, sino comprar BIEN. Y la paciencia es un gran aliado.
4️⃣ El esclavo de su hipoteca vs el hombre libre
Carlos y Juan heredaron el mismo dinero. Los dos podían dar la entrada para comprarse un piso.
Carlos no lo dudó: “alquilar es tirar el dinero”, se dijo. Se metió en una hipoteca que apenas podía pagar. Y durante años, cada mes fue una carrera de obstáculos: sin ahorros, sin margen, sin respiro. Renunció a viajes, a cenas, a formación… incluso a un par de trabajos mejores porque no podía permitirse cambiar de ciudad.
Juan, en cambio, decidió vivir de alquiler. Guardó ese dinero y lo destinó a inversiones líquidas: fondos, negocios, bolsa. Con mayor o menor éxito, pero siempre con un colchón de seguridad. Vivía tranquilo. Que se podía ahorrar, se ahorraba. Que venía una mala racha, sin drama.
Hoy, Carlos tiene un patrimonio bastante superior gracias a la revalorización de su casa. Pero ha vivido al límite. Juan tiene menos, pero ha dormido mejor durante dos décadas.
No compres una casa que te haga pobre durante años. El precio oculto está en tu calidad de vida.
5️⃣ La nómada inmobiliaria
Sara tenía un trabajo que la hacía mudarse cada pocos años. Una vida nómada de traslados, ascensos y nuevos destinos. Pero cada vez que aterrizaba en una ciudad, compraba un piso: “la vivienda es una inversión segura”, repetía como un mantra.
¿El resultado? Entre impuestos, plusvalías, notarios, reformas, comisiones y costes de compra-venta… perdía dinero en cada mudanza. Compraba, vendía, volvía a empezar. Como si jugar al Monopoly en modo experto fuese garantía de rentabilidad.
A los 40, se sentó con una hoja de Excel. Y se dio cuenta de que habría sido mucho más rentable alquilar, invertir ese dinero en otros activos y evitar el estrés constante.
Si te mudas a menudo, comprar casa (para vivir) es como plantar un olivo en una maceta. Mala idea.
✨ La propiedad solo es “rentable” si encaja en tu estrategia de vida.
✅ Si compras, que sea con visión, no por fomo o miedo.
✅ Si alquilas, que sea con un plan de inversión detrás.
✅ Si te mudas mucho, alquila para vivir y duerme tranquilo.
✅ Y si compras, jamás permitas que una casa te haga pobre durante años.
La peor decisión no es comprar ni alquilar. Es hacerlo por inercia, sin pensar.
Así que dime: ¿estás tomando decisiones conscientes o repitiendo lo que dice tu cuñado?
💬 Cuéntamelo en los comentarios: ¿compras, alquilas… o estás aún en casa de tus padres?
🔥 Hasta la próxima, espabilado. 😜
PD1: si te está gustando el libro puedes adquirirlo aquí:
Veo fundamental tener una vivienda pagada para cuando llegue el momento de pasar nuestros últimos años en este mundo. No tiene por qué ser la casa de tus sueños, en absoluto. Puedes vivir en una casa de alquiler que sería económicamente imposible comprar, pero ten una casa pequeña tuya para cuando estés jubilado. No concibo que alguien llegue a la jubilación y siga pagando un alquiler.