Post de la serie dedicada a El hombre + rico de Babilonia de GS. Clason
¡Hola, espabilad@! 😊
Seguimos por Babilonia, y no precisamente de turismo. Nos metemos de lleno en el capítulo 5 del libro “El hombre más rico de Babilonia”, que nos habla de las cinco leyes de oro que deberían estar talladas en piedra en cada banco, cajero o app de inversión.
Y si quieres ir a ellas, solo haz scroll hacia abajo porque por ahí las colocaré, ya que aquí estamos para hablar del libro.
Pero como no venimos a repetir mantras, sino a sacar nuestras conclusiones, este capítulo tiene una idea principal para dejar grabada a fuego:
“El verdadero legado no está en lo que dejas, sino en lo que enseñas a construir.”
Y para que lo entiendas bien, déjame que me acerque de manera impopular a un debate recurrente.
🔍 ¿Abrirle una cuenta de ahorro/inversión a tus hijos o no?
Y mi respuesta es sí. Pero con matices (y ojo que un pero invalida todo lo anterior 🤣)
Imagina esto: tienes dos hijos. Eres un tipo responsable, ahorrador, quizás incluso inversor espabilado. Llevas años metiendo dinerito cada mes en una cuenta de inversión a nombre del pequeño.
La haces y a ellos se lo cuentas. De resfilón. A los niños no se les habla de dinero, ya sabes - ironic mode on-. Tu, orgulloso, pensando: “A los 18 años, ¡sorpresón! Aquí tienes tu regalito de adulto”.
¿Te suena?
Pues déjame decirte algo: si no le has enseñado nada durante ese tiempo, acabas de meterle un Ferrari en las manos a alguien que aún no sabe ni montar en bici.
Y lo peor no es eso.
Lo peor es que puede llegar ese día y que todo ese dinero —que te costó sudor, sacrificio y decir que no al iPhone 12, 13, 14 y 15— acabe convertido, por arte de magia, en un iPhone 22 para tu futuro yerno o nuera (temporal) del momento. Porque el amor juvenil tiene estas cosas, y lo sabes...
Por eso hay una alternativa infinitamente mejor: enséñales el camino. Que vean el proceso. Que entiendan lo que es ahorrar, renunciar, invertir con cabeza, perder a veces, ganar otras. Que comprendan qué narices significa "largo plazo" y que lo vivan en su piel.
Así, será posible que lleguen a los 18 con algo de patrimonio sí. Y habrás hecho una transferencia de patrimonio a la siguiente generación sin pasar por las malvadas garras de hacienda en forma de donaciones y/o sucesiones.
Pero sobre todo, les habrás enseñado el camino, para protegerlo, conservarlo e incluso hacerlo crecer.
🏛️ El hijo de Arkad y el arte de meter la pata (bien)
Esto ya lo sabía Arkad, el Jeff Bezos babilonio, hace miles de años. En lugar de darle un saco de oro a su hijo, le dio una pequeña suma, unas cuantas reglas, y lo mandó al mundo a espabilar.
¿Resultado? El chaval palmó todo al principio, se pegó unas cuantas hostias, aprendió a base de errores y acabó volviendo con una fortuna mayor que la que se le había dado.
¿Te suena? Exacto. Como cuando tú te metiste en criptos o en aquel chicarro sin saber y aprendiste, a base de castañas, lo que era el “mercado bajista”.
🧠 ¿Qué estamos enseñando de verdad?
Si hoy te estás planteando abrirle una cuenta a tu hijo, pregúntate:
- 💰 ¿Sabe lo que es ahorrar y el esfuerzo que supone?
- 🏦 ¿Sabe lo que es una cuenta bancaria? ¿Una acción? ¿Un fondo - indexado 😜 -?
- 📊 ¿Sabe por qué cada mes metes x€ ahí y no en otra cosa?
- 📉 ¿Ha visto lo que pasa cuando el mercado cae y tú no vendes?
- 📈 ¿Conoce el concepto de interés compuesto más allá de TikTok?
Si la respuesta es "no", entonces la cuenta no es suya. Es tuya. Y entonces igual es mejor que lo sea a todos los efectos. Que luego te divorcias y vienen los sustos 😝.
Y si la respuesta es no, estás cociendo un pan con fecha de caducidad. Mejor dejarles la masa madre, ¿no?
🏋️♂️ Enséñales a levantar el oro, no a recibirlo
Volvemos a las cinco leyes de oro del capítulo:
Ahorra una parte de tus ingresos. Si tu hijo no sabe esto, que no toque un euro.
Invierte con sentido común y solo en lo que entiendes. Que tu hijo es posible que no entienda. Pero tú explica, que algo queda.
Haz que tu dinero trabaje más que tú (y que tu hijo vea cómo lo hace).
No persigas unicornios financieros. Enséñale a huir del “dinero fácil”. Inversiones que den un “fácil” 1% diario consistentemente no existen. Cuando sepa multiplicar y hacer potencias, que haga las cuentas a 2 años vista y entenderá fácilmente por qué
Aprende continuamente. Y haz que él también lo haga. Es un win-win de manual. La mejor forma de aprender algo es tener que enseñarlo.
💬 Y ahora te pregunto: ¿estás creando herederos o constructores?
Regalar dinero es fácil. Enseñar a gestionarlo, no. Sobre todo porque lo segundo requiere tiempo. Tiempo para tus hijos, y eso ya sabemos que no lo tenemos, ¿no?
Pero solo uno de los dos caminos asegura que ese legado no desaparezca en la primera fiesta de novatos universitaria (¿siguen existiendo o ya somos tan sosos que ni eso? 🤣).
Así que, querido lector, espabilado o aspirante a serlo: no se trata de ahorrar por tus hijos, sino con ellos. De que cada euro ahorrado venga con una lección debajo. De que el oro no sea solo metal, sino una pieza tallada a cuatro manos.
Porque cuando llegue el día, no querrás decirles: "Esto es lo que te dejo". Querrás decirles: "Esto es lo que aprendiste, y por eso hoy tienes más que yo."
Y si no lo haces tú, tranquilo... el sistema se encargará de educarlos. A su manera. Y ya sabes que el traspaso de riqueza de padres a hijos no está últimamente bien visto. Con el conocimiento nunca podrán. Luego no digas que no te avisé.
PD1: si te está gustando el libro puedes adquirirlo aquí: