¡Hola tú! Bienvenid@ una vez más 😊
Esta semana me he levantado “guerrero”, así que voy a polemizar un poco. Te lanzo la pregunta incómoda del día: ¿Sabes por qué los ricos son cada vez más ricos? No es magia. No es suerte. Es porque gastan menos de lo que ingresan.
Sí, puede parecerte que gastan mucho, con sus yates, mansiones y cenas de 500 euros. Pero ese “mucho” siempre es menos de lo que ganan. Esa es la clave. Gastar menos de lo que ingresas. Vuelve a leerlo. No hay más.
Y ahora que llegan las Navidades, entre polvorones y bombos de lotería, es inevitable pensar en la “Fortuna Caprichosa”. Esa diosa juguetona que, tras repartir millones, sonríe mientras depara distintos destinos a los agraciados.
Seguro que has oído, o incluso conoces, historias de gente que tras ganar la lotería acaba más arruinada que antes. ¿Por qué? Pues porque lo gastan como si no tuviese fin. Y si gastas más de lo que ingresas… pues lo dicho. Perdona que sea pesado con esto, pero es básico. Y se olvida con cierta frecuencia.
Como os contaba aquí, dice Arkad, el hombre más rico de Babilonia, en una frase que debería tatuarse en la frente de cada “nuevo rico” (y de todo aquel que pretenda acercarse a serlo algún día):
“La fortuna de un hombre no está en la bolsa que lleva consigo. Una bolsa bien repleta se vacía con rapidez si no hay una fuente de oro para alimentarla.”
Por si no lo pillas (sin acritud), lo traduzco: da igual cuánto dinero te caiga del cielo, si no lo haces trabajar para ti, volará. Es cuestión de tiempo. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. Las matemáticas me avalan 😆.
Y eso es justo lo que Arkad explicó a sus viejos amigos cuando, hartos de vivir al día, le pidieron que les explicara cómo salir de la carrera de la rata.
Según él, hay tres tipos de personas cuando la Fortuna Caprichosa les sonríe. A las tres se las puede reconocer fácilmente y, spoiler, no todas terminan bien.
Los derrochadores
Este grupo es el más popular en las historias de ruina post-lotería. Son los reyes del despilfarro. Apenas tienen el dinero en la mano y ya están planeando en qué gastarlo: casas, coches, viajes, caprichos y… ¡deudas!
Lo gastan todo. A veces gastan incluso más de lo que ganaron. ¿El resultado? Antes de que se den cuenta, están rebuscando entre los cojines del sofá.
Confunden tener con mantener, y “vivir bien” con “quemar dinero”. Su vida financiera es como un queso Gruyere: parece robusta desde fuera, pero está llena de agujeros.
Los tristes
También conocidos como “los avaros”, pero a mí me gusta más llamarles tristes. Son los que esconden la fortuna bajo el colchón como si fueran dragones protegiendo su tesoro.
¿Disfrutarlo? Ni en sueños, que se acaba. ¿Invertirlo? Mucho menos. Poooooor favor, qué ideas. Cada billete que sale de su escondite es un drama digno de una telenovela.
¿Por qué no hacen nada? Por miedo. Miedo a perderlo, miedo a arriesgar, miedo a todo. Al final, tienen dinero, pero viven como si no lo tuvieran. Una ironía cruel: tienen dinero, pero son esclavos de él. (Y de inflación, mejor ni hablamos).
Los visionarios
Y luego están los menos, los pocos, los elegidos. Los que, en mi humilde opinión, merecen un aplauso. Son quienes entienden que una fortuna no es el final del camino, sino el principio. Vamos, que es el dinero quien debe trabajar para ti, no al revés.
En vez de gastarlo o esconderlo, lo usan para generar más. Compran activos, emprenden negocios o buscan oportunidades de inversión (con cabeza).
Son los únicos que no dependen de la Fortuna Caprichosa, porque han aprendido a ser su propia diosa. Es decir, al revés que los tristes, han entendido que el dinero ha de ser su esclavo y generar más dinero para ellos.
¿Y tú?
Ahora te toca responder: ¿a qué grupo prefieres pertenecer? Si crees que la Fortuna Caprichosa no te ha visitado últimamente, tal vez estás equivocado. Quizás no la viste porque estabas ocupado: gastando, escondiendo, o, peor aún, quejándote.
La lección es clara: da igual cuántas oportunidades te caigan del cielo si no haces nada con ellas. No necesitas más fortuna, necesitas más visión.
Así que, mientras esperas al Gordo de Navidad o al próximo golpe de suerte, dale una vuelta al tema. Nos vemos.
PD1: Aquí un par de recomendaciones para ayudarte a salir de la carrera de la rata:
Crónicas del Dinero,la newsletter de mi Luis Alvarez de Cazadividendos:
Vivirtiendo, la newsletter del gran
:
Luislo, buenísimo el texto de hoy. Por desgracia los derrochadores ganan por goleada y no saben lo que se pierden.
Tenemos que trabajar más para hacer que la gente se convierta en visionarios.
¡Gracias por la mención!